Durante las devastadoras inundaciones en Texas el pasado 4 de julio, el campamento cristiano Camp Mystic ubicado en la orilla de Río Guadalupe, fue arrasado por una crecida repentina, sorprendiendo a las niñas y al personal del campamento mientras dormían.
La tragedia dejó al menos 68 fallecidos en el condado de Kerr, lugar donde se encuentra el campamento, dejando a la comunidad en duelo.
Richard Eastland, director del campamento, actualmente es recordado como un héroe, tras dar su vida al intentar salvar a las niñas durante el desastre natural.
Testigos relatan que el hombre de 70 años trabajó incansablemente para evacuar a las niñas atrapadas en las cabañas que se inundaron hasta que, desafortunadamente, fue arrastrado por la corriente junto con cinco niñas que sobrevivieron y fueron rescatadas río abajo.
Eastland falleció cuando los rescatistas lo trasladaban en un helicóptero al hospital, sin embargo, cumplió su último acto de bondad y sacrificio.
Este evento ha impactado profundamente a la comunidad cristiana, recordando la fragilidad de nuestra vida y la importancia de nuestra fe en momentos de tragedia. La esperanza en Cristo sostiene a la comunidad en medio de la pérdida.
El amor más grande que alguien puede demostrar es dar la vida por sus amigos.
Juan 15:13
Cristina García.